Hacia 1930, el poeta húngaro Frigyes Karinthy escribió un relato en el que enunciaba la hipótesis de los seis grados de separación, según la cual nadie necesita a más de cinco intermediarios para acceder a una persona determinada, ya sea el Primer Ministro de Australia o un indio guaraní. Desconozco si la teoría de Karinthy fue verificada a lo largo del siglo XX, aunque muy pronto dio el salto a la cultura popular hasta el punto de que hoy en día forma parte del acervo habitual de cualquier conversación. Es lógico, si pensamos de qué modo esta tesis activa los resortes de nuestra particular sentimentalidad narcisista. Así, no sólo estamos cerca de nuestros familiares, amigos, vecinos y compañeros de trabajo, sino que además también tenemos al alcance de la mano a cualquier gran personalidad: actores y actrices de Hollywood, estrellas deportivas, reyes, emperadores y presidentes; cantantes de ópera y grupos de rock; top models, banqueros de la City, pilotos de Fórmula 1 y astronautas. En fin, un planeta de 10.000 millones de habitantes sigue siendo un pañuelo.

Daniel Capó

Artículo completoEl mundo 3,5.