Joven, inquieto, ambicioso, experto en redes sociales y en las nuevas tecnologías. Así  es un millennial. Hijo de la generación del baby boom, su edad oscila entre la veintena y la treintena –su fecha de nacimiento se desliza entre la década de los ochenta y los noventa-.

De carácter ambicioso, esta generación de jóvenes –también conocidos como Generación Y-, disponen de unos valores opuestos a los de sus predecesores. Según un estudio de la firma Deloitte, los millennials son personas poco comprometidas con su trabajo, planean salidas laborales a corto plazo, piensan que las empresas no piensan más que en beneficios y que no pueden desarrollar su labor profesional como ellos esperan. Hay que tener en cuenta que esta generación también se caracteriza por ser personas altamente cualificadas.

El estudio, titulado The 2016 Deloitte Millennial Survey, arroja a la luz algunos datos que reflejan el pensamiento laboral de un millennial. Así, dos de cada tres millennials tienen pensado dejar su trabajo actual antes de 2020. Si profundizamos más en estos datos, podemos observar que entre aquellos que tienen pensado dejar su empleo, el 13% se lo plantea en un periodo igual o inferior a seis meses, el 12% entre seis meses y un año; y un 19% entre uno y dos años. En cuanto a aquellos que piensan quedarse, sólo un 11% de ellos nunca dejaría su actual empleo, un 11% se quedaría entre 5 y 10 años; y un 5% piensa quedarse durante más de 10 años.

El informe también expone que los millennials de países emergentes son más propensos a mostrar menor lealtad a sus empresas que los de los países desarrollados. Si comparamos datos, en cabeza de los países con mayor fuga de talentos de países emergentes, se encuentran Perú (82%), Sudáfrica (76%) e India (76%), mientras que si nos fijamos en los países desarrollados, a la cabeza se encuentran Reino Unido (71%), Estados Unidos (64%) y Canadá (61%). Con un menor porcentaje pero no menos importante, encontramos a España (52%).

Estos datos han provocado que la gente se pregunte por qué hay tan poca lealtad hacia las empresas y qué factores originan ésta fuga de talento joven. Entre las respuestas más comunes que los millennials ofrecen, aseguran que no ven posible desarrollarse tanto como les gustaría (seis de 10 encuestados), no existe apoyo a la hora intentar asumir funciones de liderazgo y no se anima a los empleados jóvenes a aspirar activamente a roles de liderazgo. Por lo tanto, los millennials creen que una empresa que apueste y muestre interés en la formación y desarrollo en las personas jóvenes merecerá una lealtad superior a otra que sólo piense en su balance y resultados.

Una vez analizados todos estos datos, podemos hacernos una ligera idea de cómo se mueve esta generación ahora y qué es lo que se espera en el futuro. Las grandes multinacionales deberían modificar sus valores y apostar por este tipo de personas ya que son el futuro de una empresa innovadora y dinámica. Por otro lado, las pequeñas y medianas empresas podrían beneficiarse más todavía puesto que son mucho mejor valoradas gracias a la atención y el empeño que ponen a la hora de buscar un personal bien formado y con potencial. Deberíamos preguntarnos si estamos a tiempo de cambiar nuestra forma de tratar y animar a esta generación. Ellos ya no son el futuro, sino el presente.

FuenteThe 2016 Deloitte Millennial Survey.

Gonzalo Rojas

Consultant

@grojasdelaserna