En nuestra primera publicación sobre la huella digital pusimos el foco en definir la huella digital como concepto y todo lo que implicaba la misma. En la publicación de hoy nos centramos en abordar otros aspectos que están íntimamente relacionados con ‘nuestro expediente online’ y que resultan esenciales para ser más conscientes de su importancia y repercusión.
En primer lugar, vamos a analizar la relación entre la huella y la identidad digital:
Huella Digital:
En la primera publicación de esta serie, definimos la huella digital como el rastro o marca propia que dejamos en el ciberespacio cada vez que interactuamos en el mundo web y todo lo relacionado con el mismo. Es destacable que muchas veces no somos verdaderamente conscientes de toda la huella que estamos dejando.
Se incluye tanto la información que decidimos compartir activamente (por ejemplo, fotos o tuits) como aquella que se recopila sobre nosotros indirectamente (como los datos de navegación o las cookies).
Identidad Digital:
La identidad digital en cambio es una representación de nosotros mismos en el mundo digital. Puede entenderse como la suma de datos y características que definen cómo somos vistos y cómo nos presentamos en el entorno online. Se incluye la información que elegimos mostrar, como nuestros perfiles en redes sociales, las descripciones que escribimos sobre nosotros mismos, avatares, nombres de usuario y cualquier otra forma de presentación digital.
La identidad digital también abarca la manera en que otros nos perciben en línea y es por tanto más subjetivo. Esta identidad puede verse influenciada por comentarios, etiquetas en fotos o contenidos relacionados con nosotros, publicados directamente por terceras personas.
¿Cómo se relacionan?
La huella digital contribuye a formar nuestra identidad digital. Por ejemplo, las fotos que publicamos, los comentarios que hacemos y las páginas que visitamos (huella digital) influyen en cómo los demás nos ven y nos perciben en el mundo digital (identidad digital).
Mientras que la huella digital es más amplia y engloba todos los rastros que dejamos, la identidad digital es más específica y está centrada en cómo somos vistos y reconocidos en el mundo digital
La gestión consciente de nuestra identidad digital puede ayudarnos a tener un control más firme sobre nuestra huella digital. Al ser más cuidadosos y selectivos sobre lo que compartimos y cómo interactuamos en línea, podemos influir en la percepción que otros tienen de nosotros y proteger mejor nuestra privacidad. Ambos conceptos están entrelazados y, en la era digital actual, es crucial ser consciente de ambos para navegar de manera segura y prudente por la red.
Otras publicaciones de nuestro blog:
- Cómo empezar a construir una marca personal sólida
- Cinco libros para aprender sobre inteligencia artificial
- Cómo la Inteligencia Artificial está cambiando la forma en que trabajamos con nuestros clientes
¿Afecta en nuestro derecho al olvido?
El derecho al olvido es un concepto legal que permite a las personas solicitar la eliminación de información personal en internet bajo ciertas circunstancias. Está íntimamente relacionado con la protección de datos personales.
Más información en la agencia española de protección de datos: ¿Qué es el derecho de supresión («derecho al olvido»)?
La relación entre la huella digital y el derecho al olvido es compleja y puede analizarse desde varios ángulos:
- Permanencia de la información: Una característica destacada de la huella digital es la persistencia de la información en el mundo digital. Una vez que se comparte algo en línea, puede ser difícil eliminarlo completamente, ya sea porque se ha replicado en múltiples sitios, ha sido archivado, alguien más lo ha compartido o se lo ha guardado de manera privada directamente.
- Relevancia temporal: Parte del argumento detrás del derecho al olvido es que cierta información puede perder su relevancia con el tiempo. Por ejemplo, una persona podría haber cometido un error en su juventud que fue noticia, pero años después, podría argumentar que esa información ya no es relevante y que su presencia en los resultados de búsqueda le perjudica injustamente.
- Protección contra daños: La presencia constante de información desfavorable o incorrecta en línea puede tener consecuencias significativas en la vida de una persona, desde dificultades para encontrar empleo hasta problemas emocionales o de la propia imagen. El derecho al olvido busca proporcionar un recurso para mitigar estos daños.
- Equilibrio con la libertad de expresión: Una de las complicaciones del derecho al olvido es equilibrarlo con el principio de la libertad de expresión y el derecho del público a estar informado. No toda solicitud de eliminación de información es válida; debe considerarse si el interés público en tener acceso a esa información supera el derecho individual a la privacidad. Por lo tanto, es esencial estudiar y analizar detenidamente cada caso.
- Desafíos técnicos: Aunque se conceda una solicitud basada en el derecho al olvido, llevar a cabo la eliminación efectiva de la información puede ser complejo. Esto se debe a la naturaleza interconectada de la web y a la forma en que los datos se distribuyen y replican.
En resumen, la huella digital ha implicado tomar en consideración la manera en la que se gestiona la información de cada persona en internet. Por lo que el derecho al olvido se convierte es una herramienta necesaria y muy útil en este sentido. Aunque es un paso hacia la protección de la privacidad individual, su implementación sigue siendo un desafío y un tema de debate.
¿Puede provocar cierta autocensura?
Esta pregunta plantea un gran debate de por sí. Es razonable pensar que la huella digital como tal pueda provocar en última instancia cierta autocensura. Sobre todo, cuando empezamos a tomar consciencia de que todas nuestras acciones van generando un todo que además es potencialmente visible. Esto puede influir en nuestras decisiones sobre qué compartir, comentar o incluso buscar en la web, con todo cabe destacar que es algo subjetivo y que por tanto depende de cada persona. A continuación, recogemos algunas consideraciones en que la huella digital puede fomentar esta autocensura:
- Repercusiones profesionales: Mucha gente es consciente de que reclutadores podrían estar buscando su nombre en Internet. Información comprometedora, opiniones polémicas, participación en debates públicos o incluso imágenes tomadas fuera del contexto profesional. Todo ello, podría afectar a las oportunidades laborales. Como resultado, algunas personas eligen no compartir cierto contenido o incluso eliminan publicaciones pasadas.
- Preservación de la privacidad: La idea de que la información personal pueda ser vista por extraños, o peor aún, usada con fines maliciosos, puede llevar a las personas a ser más reservadas sobre lo que comparten en línea.
- Normas sociales y culturales: Dependiendo del entorno cultural o social, ciertas opiniones o comportamientos pueden ser menos aceptados. Nos referimos a personas que pertenecen a ciertos grupos o asociaciones y que podrían evitar compartir sus posiciones o información relacionada para evitar críticas o censura.
- Evolución de la opinión: Somos conscientes de que nuestras opiniones y creencias pueden evolucionar con el tiempo. Algunas personas pueden evitar compartir opiniones actuales por miedo a que esas perspectivas sean usadas en su contra en el futuro.
- Consecuencias legales: En algunos países, expresar opiniones contrarias al gobierno o a ciertas instituciones puede tener consecuencias legales. La conciencia de que esas opiniones quedan registradas a través de la huella digital puede disuadir a las personas de expresarse libremente.
- Temor a la desinformación y manipulación: En la era de las fake news y la manipulación de información, algunas personas pueden temer que sus palabras o imágenes se tomen fuera de contexto o directamente se alteren.
En resumen, la percepción de que nuestras acciones en línea tienen consecuencias duraderas y pueden ser vistas o interpretadas por un amplio espectro de personas e instituciones puede, sin duda, llevar a una autocensura. Es un tema complejo en el que se refleja la perdurabilidad de la información digital y se entremezclan cuestiones de diversa índole tales como: privacidad, libertad de expresión, derecho a la información o responsabilidad en el mundo digital.
¿La huella digital tiene relación la inteligencia artificial?
La huella digital también guarda una profunda y multifacética relación con la inteligencia artificial (IA). La IA utiliza grandes cantidades de datos para aprender, adaptarse y realizar tareas específicas, y gran parte de estos datos puede tener su origen precisamente en las huellas digitales que vamos dejando. A continuación, se presentan algunas formas en las que la huella digital y la IA se relacionan.
- Personalización y recomendación: Las plataformas como Netflix, Spotify o Amazon utilizan IA para analizar la huella digital de los usuarios: lo que ven, escuchan, compran o incluso cómo interactúan con el contenido. A partir de estos datos, la IA hace recomendaciones personalizadas y se adapta a los gustos del consumidor.
- Publicidad dirigida: La IA analiza nuestra huella digital para determinar nuestros intereses, comportamientos y preferencias. Las empresas utilizan esta información para mostrar anuncios que tienen más probabilidades de llamar nuestra atención y conseguir nuestra compra.
- Reconocimiento de patrones: La IA puede identificar patrones en grandes conjuntos de datos. Al analizar huellas digitales, puede identificar tendencias generales de comportamiento, detectar fraudes o incluso predecir comportamientos futuros.
- Mejora de la experiencia del usuario: Las plataformas digitales, como las redes sociales o los sitios web de comercio electrónico, emplean IA para adaptar la experiencia del usuario basándose en su huella digital, mostrando contenido relevante o ajustando la interfaz según las preferencias y comportamientos pasados.
- Seguridad y autenticación: La IA puede analizar patrones de comportamiento para detectar actividades sospechosas. Por ejemplo, si alguien intenta acceder a tu cuenta bancaria desde una ubicación desconocida y realiza transacciones inusuales, la IA puede identificarlo como un comportamiento atípico basándose en tu huella digital, entrar en ‘modo alerta’ y tomar medidas de seguridad.
- Desarrollo y mejora de la IA: Las huellas digitales proporcionan un volumen masivo de datos que los investigadores y las empresas pueden utilizar para entrenar y mejorar modelos de IA. Cuantos más datos tenga un modelo de inteligencia artificial para entrenarse, más preciso y efectivo puede ser.
- Cuestiones éticas: La relación entre la huella digital y la IA también trae consigo importantes debates éticos. El uso de datos personales para alimentar sistemas de IA plantea preguntas sobre privacidad, consentimiento, transparencia y control sobre la propia información.
En definitiva, podemos decir que la huella digital es una fuente muy valiosa de información para la inteligencia artificial, permitiéndole operar de manera más efectiva y personalizada. Sin embargo, esta relación también subraya la necesidad de abordar cuestiones relacionadas con la privacidad, la ética y el control sobre los datos en lo que es ya una auténtica era digital.